Escupo Rosado

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Ella sólo conoce mis disfraces. Nunca ha tomado el cuchillo para quitar la cáscara de la manzana y ver el color de mis semillas.

Cierta vez dejé tirada una semilla frente a su burdel, y la indiferencia del mundo la regó sin compasión. La semilla creció y floreció y devoró hasta su propia sombra.

Pero esta historia no trata sobre botánica, sino que de recogénica...

Me gusta copiar cosas.
Sobretodo lo que veo.
Pero lo copio, lo recorto y lo pego en los papeles, con palabras.

Incluso hubo una noche muy atrás en el recuerdo, en que para paliar el hambre de vida salí a bailar por la noche valpina, sin esperar a rogar compañía. Y bailando sólo, como si el aire disparara mis pies al ritmo de Iggy-Pop, ella me empujó.

En otra ocasión, intentaba ganarme la vida haciendo el ridículo artísticamente. Le quise hablar, pero los mimos tienen estrictamente prohibido realizar ese cruel acto - quizá por eso sus caras son tan puras-. Por lo menos ella rió.

A veces pienso que, las picaduras que siento cuando duermo, no son pulgas borrachas de sangre. Siento miedo que sea ella y me confunda con un chicle.

Valpilandia está lleno de infiltrados. Muchos de ellos cruzan el océano sólo para presenciar lo que enloqueció al apitutado Neruda. Algunos jóvenes forasteros, estudiantes de paso, no logran comprender porqué un flaco de pelo largo pondría una bandera gigante en una fachada abandonada de la calle Carampangue.

El loco Mauro, Ludwing Shot, la Bueli, Manuel 'caeza e zapallo' Guerrero... mis mejores amigos, pero solo mendigos para el resto. Ellos son mis maestros; pajaritos sin miedo en un nido de adobe y calamina. Nuestro corazón es duro, como un pastelito de cumpleaños olvidado bajo la cama; nuestra dulzura se hizo fermento, se hizo alcohol, se hizo olvido.

Las grandes metrópolis de hoy en día son prostitutas que cobran muy caro para poder comprarse las mejores joyas y los mejores vestidos, y así impresionar a sus cafiches. Valpilandia es una princesa que se prostituye por placer y que se viste con las olvidadas prendas que sus apresurados clientes dejan.


Quizá a ella la vea en el Carnavalpo, otra vez, celebrando el aniversario de esta ramera sin certificado de nacimiento.



3 comentarios:

Una cosita rara y fea creada por tu mente dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Una cosita rara y fea creada por tu mente dijo...

puta lo borré D:
hola :)

Unknown dijo...

Han pasado años y aún espero poder encontrar a esa señorita de los globos de color que inundaba mi alma de vida y libertad, con su libertad ... Y por más que pasen seguire buscando hasta encontrar esa alma nuevamente para poder festejar al son de la luna estrellada. Espero que este mensaje ayude como migas de pan a encontrar ese camino.

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